Explicar qué es FM es muy distinto dependiendo del país donde se cuente y de la forma que se tenga de entenderlo. Si esto se combina con que cada empresa hace su propia interpretación y asigna a su departamento de soporte, o FM o como se llame, la responsabilidad de cubrir las necesidades que ellos consideran, se hace todavía más complicada una estandarización.
Se me ocurre explicar esto comparando el Facility Management con la gastronomía. Todos entendemos que la gastronomía existe y que dependiendo de los países hay distintos tipos de cocina y distintos tipos de recetas, que usan ingredientes locales o que incluyen ingredientes de fuera. En la analogía, el FM sería como la gastronomía en general y luego haríamos las aplicaciones particulares.
El departamento de Facility Management sería como nuestro restaurante, bistró, taberna o como lo queramos llamar; de todas formas nos van a dar comida, para eso está. Algunos son un buffet libre, abiertos todo el día, otros tienen platos fijos a ciertas horas y otros son como cocinas, donde se pide a la carta… Conseguir comida se puede hacer en muchos sitios, desde supermercados a máquinas expendedoras y no necesariamente parecen locales de comida, pero cuando hay hambre todo sirve.
Aparte de cómo se sirve, hay que ver el contenido, el menú y las recetas con que se elaboran. El tipo de cocina que se sirva dependerá del tipo de clientes a los que demos servicio y de los intereses o recursos que tengan. Puede que utilice ingredientes locales o puede que los traiga de fuera, pero siempre tendrá que estar alineado con la organización cliente, que es para quien trabajo y a quién doy servicio. El estilo de las recetas y la mezcla de ingredientes estará alineada con el tipo de cocina o el estilo que quiera servir a mis comensales, ya que, si no les gusta, no sirve, por muy rica que pueda estar. Por eso la comida china sabe distinta en Europa que en China, la han adaptado para que nos guste.
Los Facility Managers serían mis chefs, los cocineros, es decir, aquellos que tienen que preparar esas recetas con esos ingredientes que tengo dentro del departamento, para producir los platos que espera mi organización. Aunque los Facility Managers pueden condicionar el tipo de recetas, no pueden olvidar el tipo de restaurante en el que trabajan, la disponibilidad que se espera del menú o qué ingredientes pueden o no pueden usar, aunque vengan de trabajar en Hong Kong y allí fueran famosos.
Por eso cada empresa se tiene que cocinar su propia receta. Todas conocen que existe una gran gastronomía, pero tienen que decidir el tipo de cliente que tienen dentro y, según esto, ajustar el estilo de su cocina; primero, a los ingredientes de que disponen y, segundo, al tipo de cocineros que tienen para cocinarla. Con un mercado amplio, que cuente con un gran abanico de ingredientes, y con un gran chef, nos podemos permitir cualquier tipo de cocina, pero, si nuestro supermercado es limitado y el chef es básico, no podemos optar a grandes complicaciones, teniendo que tender hacia platos más básicos pero que pueden funcionar igual de bien.
Es importante ubicar en esta analogía a los proveedores de servicios, sin los cuales no podríamos trabajar. Pues bien, estos proveedores serían los supermercados que nos nutren de ciertas materias primas. La pregunta que surge es por qué no son las mismas materias primas en todos los sitios si la tienda es la misma. Muy sencillo, porque un mismo supermercado ofrece productos distintos dependiendo de los sitios donde está localizado, igual que sucede con los proveedores de servicios. Un gran proveedor de FM puede ofrecer servicios muy distintos, dependiendo de los países en los que trabaja o incluso puede no tener presencia en ciertas regiones. Esto también justifica que se pueda acceder a ciertos productos sin que lo ofrezcan todos los proveedores grandes, pudiendo optar por fabricantes locales.
Por eso le recomendamos que, cuando defina su receta ideal de FM, tenga en cuenta estos elementos: el estilo de cocina que quiere hacer, los ingredientes de que dispone y la habilidad de su chef, así como los supermercados a que tiene acceso.
Cada empresa necesita su propio estilo de comida, y los ingredientes y recetas, así como la forma en que se van a servir, deben alinearse siempre con lo que esperan. Esto no quita que de vez en cuando les demos a probar cosas nuevas, a ver cómo reaccionan.
Autor: David Martinez, PhD. Consultor estratégico, formador, investigador y conferencista internacional. Reconocido experto en Facility y Asset Management. Especializado en modelos multiculturales de gestión de inmuebles y en productividad aplicada a los entornos de trabajo.
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