“Escuchar música en el trabajo mejora tu productividad” hemos oído esta frase o alguna parecida; lo cierto es que a muchos, por no decir a todos, nos gusta la música en alguna de sus formas, hay los que gustan de sonatas y otros de bachata. La música llega a ser la compañera invisible de muchos pero con una fuerza suficiente que puede motivar o no a las personas en determinado momento, porque toda persona está asociada también a sus emociones y lo que a estas motivan; por ello la importancia de saber elegir la correcta.
En cuanto a la aceptación que puede tener la música en el trabajo encontramos que en los centros de labores existen personas que prefieren a la música como un fondo que amortice su permanente actividad, volviéndose amena y fluida; para otros cuando la responsabilidad apremia – o simplemente no gustan de ella en el trabajo – prefieren impermeabilizar la mente y que nada cruce por entre los cálculos o recomendaciones de sus informes o pensamientos, mucho menos si piensan que se traduce en tiempo. Por eso es importante para ésta práctica tener claro el objetivo, es decir, si se busca la relajación o dinamismo. Por ejemplo los tipos de música con acordes repetitivos y progresivos suelen orientarse para ejercitar el cuerpo o simplemente para mantenerse activo como es la música tecno o el rap, mientras que si se busca concentración y relajación se recomiendan las que provocan ondas cerebrales bajas como la música clásica, en general hay música para los diversos objetivos que van desde la relajación, mantenerse alerta y dinamismo.
Existe varios estudios sobre los beneficios y efecto de la música en el rendimiento del personal, atención en el trabajo, mejoramiento del clima laboral, entre otros, pero cuántos de estos estudios son adoptados o adaptados y aplicados en los centros de labores, cuántas empresas descubren el valor de esta práctica; obedecerá a la experiencia de los responsables de la gestión humana o de quien se comprometa con ella…finalmente ¿depende del tipo de música, volumen, circunstancia o depende de la persona, actividad u organización? en la actualidad existen compañías que pueden orientar o recomendar determinada música para el trabajo, o sin ser expertos o músicos cada uno puede encontrar el equilibrio que motive y favorezca la fluidez de su pensamiento; lo importante es identificarla y sentirse bien.
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