Cuando nos planteamos el ahorro de energía en nuestros edificios, es fácil que nuestras mentes lo asocien directamente a renovación de instalaciones más eficientes, inversiones en mejora del aislamiento, etc. Pero una de las acciones que más puede afectar al consumo de energía tiene un carácter mucho menos material; se trata del comportamiento de los usuarios.
Muchas veces los usuarios no son conscientes de su influencia en el consumo energético de los edificios que usan. Por eso, realizar proyectos que les hagan darse cuenta de esta responsabilidad positiva y que les propongan acciones concretas para el uso energéticamente eficiente de su espacio de trabajo puede tener unos resultados muy significativos en el ahorro de consumo.
Pero crear una cultura de ahorro energético no es algo fácil. Cambiar hábitos es difícil para todos, por lo que estos proyectos deben llevar asociada una adecuada gestión del cambio y el compromiso de toda la organización para que se mantengan en el tiempo. Y, como siempre, esto requerirá de los Facility Managers grandes dosis de creatividad.
Podéis leer más sobre el tema en este link: http://www.facilitiesnet.com/green/article/Targeting-Occupant-Behavior-for-Energy-Savings–15673?source=part
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