Científicos británicos calculan que la Tierra ha perdido 28 billones de toneladas de hielo en los últimos 30 años. Eso da para cubrir toda la superficie del Reino Unido con una capa de 100 metros de altura. No vamos a valorar si es por el cambio climático o porqué, es un hecho y simplemente ha pasado. Otro hecho es que la mayoría de las actividades que lleva a cabo el ser humano resultan en la emisión de cantidades importantes de dióxido de carbono que, si no se absorben, se acumula en la atmósfera incrementando el efecto invernadero.
Los principales gases de efecto invernadero, por orden de impacto, son el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano, el ozono y el óxido nitroso. Se llaman así porque absorben y emiten radiación en el rango de los infrarrojos. Si no existiera el efecto invernadero, la temperatura media de la tierra sería de -14ºC en vez de los +15ºC que tenemos en la actualidad. Eso quiere decir que ese efecto es necesario. El problema es si esa capa “invernadero” crece por exceso de esos gases y se sobrecalienta la tierra, lo que puede ocasionar un desequilibrio que puede ser fatal. Y eso es lo que está pasando.
De todo el CO2 que se emite, una cuarta parte es absorbido por los océanos y otro tanto por la biosfera. Esto no es gratis, sobre todo para los mares, que están sufriendo una severa acidificación de la que no se sabe con certeza las consecuencias a futuro. La biosfera está perdiendo su capacidad de absorción: en 30 años se han perdido 420 millones de hectáreas de bosque, equivalente al área de México y España. Menos plantas y menos árboles, más CO2 que va a la atmósfera. Ese es el motivo por el que se deben tomar medidas urgentes desde el sector privado, aparte de las acciones gubernamentales, para ayudar a absorber esa cantidad sobrante. Dicen que estamos a 11 años de un punto de no retorno, a partir del cual la situación será irreversible.
Por todo esto, en 2012 FMHOUSE decidió compensar la totalidad de la huella de lo que produce con su actividad, algo que seguimos cumpliendo. Para hacerlo efectivo en 2019, hemos tenido que esperar hasta finales de agosto de este año para poder saber la cantidad total de toneladas producidas. Esto es porque al calcular la huella de la actividad general por un lado y por otro las emisiones específicas de cada proyecto, no se había podido saber hasta ahora el número total de toneladas, al estar en marcha proyectos iniciados el año anterior. Con la finalización de los últimos trabajos, hemos completado los datos para compensar el cien por cien de la huella generada por el conjunto de nuestra actividad.
Para conseguirlo seguimos confiando en ECODES y el sello CeroCO2, ya que nos ofrece distintos proyectos en diferentes regiones, lo que nos permite elegir aquellos que están más cerca de nuestros clientes. Esto amplifica el efecto de la compensación, al hacerlo en una zona cercana a ellos. Confiamos que, con nuestra pequeña contribución, otras empresas se animen a hacerlo. Este planeta no es tuyo, lo disfrutas hasta que se lo pasas a tus hijos, como dice un slogan de una conocida marca de relojes.