“Merry_Christmas” fue el primer mensaje de texto enviado como SMS el 3 de diciembre de 1992. Nadie pensaba que este tipo de comunicación tuviera futuro, aparte de los visionarios de las empresas de telecomunicaciones que los llevó a una carrera por integrar este servicio. Seguro que hoy nadie duda de su acierto. Y si se piensa que ya están en desuso con la llegada de otras plataformas, en 2020, cada SEGUNDO se enviaron más de 275.000 SMS, un 33% de incremento sobre 2019.
No sé si algo parecido sucede con la impresión 3D industrial en el ámbito del Facility Management. Parece que se está subestimando una tecnología que puede cambiar aspectos de la operación de muchos inmuebles. Los datos surgen de los primeros resultados obtenidos del proyecto internacional FMgoesDIGI, donde se mide el grado de madurez de digitalización del FM a nivel internacional. El estudio analiza más de 40 aspectos sobre los que se evalúa su impacto y futuro para la disciplina. Sólo algunos están en el cuestionario de la fase uno del estudio: deben probar que son tecnologías reales, que se pueden comprar, que se han implantado con éxito probado en un número determinado de empresas y que se ve el valor directo para el FM. Con estas premisas sólo 25 tecnologías han sido incluidas.
(Si quieres participar aquí está el link, son menos de 4 minutos).
Pues lo curioso, es que de las 3.500 respuestas recopiladas hasta el momento, de 9 tipos de perfiles y procedentes de 100 países, la mayoría coinciden en una cosa: que saben lo que es la impresión 3D, pero que no le ven ninguna relación con el FM. Es la tecnología que más respuestas tiene en esta línea y para todos los grupos. Quizás sea porque tradicionalmente la impresión 3D se ha asociado más al entorno doméstico, a ese mundo “maker” o a “early adopters” de las nuevas tendencias, o porque no se conocen las capacidades reales. En cualquier caso, el objetivo de este post es ampliar los horizontes, ilustrando con datos por qué pensamos que la tecnología va a impactar y mucho en el FM.
Vamos a citar algunos ejemplos, sin nombrar marcas comerciales, que llevaron a incluir la impresión 3D entre las 25 tecnologías seleccionadas. Encontramos varios hospitales, donde el departamento de servicios diseñaba decenas de piezas, amortizando el coste de una máquina en un año. Estamos hablando de inversiones de alrededor de 30.000€. Un ejemplo que se compartió es que consiguieron hacerse una pieza obsoleta que no podían obtener en ningún proveedor.
Otro caso que se presentó es el de una multinacional, líder absoluto en su sector, que está incorporando impresoras 3D industriales en todas sus plantas, imprimiendo recambios críticos de máquinas cuyo stock de seguridad les supone un coste, un espacio y una dependencia de proveedores internacionales que actualmente no se pueden permitir, por los problemas logísticos derivados de la pandemia. Otras compañías del mismo sector están obligando a sus proveedores a tener impresoras 3D industriales para suministrarles piezas de recambio temporales de máquinas clave, hasta que les puedan enviar los recambios originales.
Aunque son ejemplos claros, no somos expertos en la materia, por eso hemos pedido a una de las grandes empresas del sector, que nos dedique una jornada para explicar con algo más de detalle el alcance de esta tecnología. Lo hemos metido en nuestro programa de cursos monográficos y tendrá lugar el próximo 4 de febrero. Aquí os podéis registrar de forma gratuita. Espero que esto ayude a los asistentes a entender la importancia y relevancia para nuestro sector. Gracias a Dynamical 3D por su ayuda. Estaremos en primera fila para aprender más sobre la materia.
Igual que a los SMS se les han encontrado multitud de aplicaciones, comerciales, de avisos, emergencias, recordatorios y un largo etc. espero que lo mismo pase con esta tecnología. Ya hemos visto durante la pandemia como se han “impreso” respiradores, válvulas, sujeta-pantallas, máscaras personalizadas, abre-puertas de brazo, llaves para no tocar superficies, y un largo etcétera de objetos. El límite es la imaginación y la necesidad.