Hace unos días tuvo lugar uno de los talleres de innovación dentro del congreso internacional CIFMERS 2022 que se celebró en Madrid. Con el título de “El ecosistema del FM”, se valoraba si existe una relación, o si debe existir una relación, entre los principales implicados en el desarrollo del Facility Management. La definición de ecosistema va a ser distinta dependiendo de a quién se pregunte o de a qué entorno se refiera. En cualquier caso, siempre se entiende como un sistema cerrado, en el que los miembros deben cooperar entre sí para mantener el conjunto estable y optimizar idealmente el beneficio colectivo. La analogía con la naturaleza ilustra muy bien la necesidad de ese equilibrio y las consecuencias de no hacerlo.
Para el análisis se usaron los tres pilares sobre los que se apoya la disciplina, que son el negocio, la educación y la investigación. Esta también es la división que usa entre los miembros de su extensa red internacional EuroFM, quien además era socio principal de este evento. En esta línea se debatió sobre la relación e influencias entre las partes, identificando qué es lo que se hace y sobre todo cómo se lleva a cabo. Se planteó en algún momento del taller, el comparar cómo lo hacen otras disciplinas como la medicina o la arquitectura, que, aunque sean más antiguas pueden servir de ejemplo.
La primera conclusión fue que sí que hay conexión entre las tres áreas pero que no está consolidada. El negocio, es decir los clientes finales, deben por un lado mostrar a los centros de educación qué conocimientos que se requieren en los departamentos y por otro proponer áreas de estudio a los investigadores. Las universidades deben escuchar al negocio sobre lo que piden y fomentar o facilitar que algunos de sus estudiantes continúen con investigación, área que a su vez debe fomentar esa relación y ser más comunicativa con el negocio para entender sus necesidades.
Se citaron ejemplos puntuales en países con alta madurez, donde se relacionan dos de los tres pilares, pero sin un objetivo a mayor escala. Universidades que tienen programas de colaboración con las empresas, carreras que incluyen materias obligatorias de estudios de mercado o centros de investigación que tienen acuerdos con empresas para aplicar o testear los desarrollos o resultados de sus investigaciones. Hablando de paralelismo con otras disciplinas, se citó cómo en un hospital universitario los estudiantes hacen prácticas con pacientes reales y los médicos residentes usan las últimas técnicas y tratamientos. Algo parecido se podría hacer en el entorno del Facility Management, aunque a la velocidad que cambia, por ejemplo, la tecnología, no daría tiempo a adaptar los programas formativos a la realidad del mercado.
Podemos afirmar que el Facility Management es un ecosistema teniendo en cuenta las interdependencias de las distintas áreas. También se puede concluir que existe la necesidad de mejorar la relación entre ellos, de manera que se refuercen sus competencias individuales y que se genere un mayor reconocimiento del conjunto. La industria debe estar más vinculada con el entorno académico y éste a su vez alineado con las estrategias de los departamentos de investigación. A su vez estos últimos deben conocer las necesidades del mercado y dirigir así sus esfuerzos hacia unos intereses comunes.